Mi experiencia previa en remarla con alguien que "no quiere un compromiso" (conmigo, porque no le termino de cerrar) es estar en el mapa, no necesariamente al pie del cañón pero estar en alguna coordenada ubicable, durante meses (por qué no un año, por qué no más), tener una oportunidad y ser invitada a quedarme, ser feliz un par de años, recibir propuestas de casamiento de una persona que habla dormida (adorable, pero jaja falta para eso), recibir gotas de destrato de una persona que despierta recuerda que se imaginaba con alguien "mejor" hasta que el vaso rebasa, obligarle a confesar que algo pasa, negar que exista tomarse un "tiempo" indefinido para "no sé", retirarme enojada y deshecha a lamer heridas, no poder volver a confiar a la primera vuelta, ni a la segunda, ni a la ninguna, eventualmente convertirme en "a good one that got away", eventualmente perder el interés.
Pero bueno, es una experiencia de los veintis. Quizás halle otra cosa en la próxima. No vamos a estar apostando a la reciprocidad, que es casi como sacarse la lotería.
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