Tuesday, September 08, 2015

Suerte

Extraño el microcentro, lado sur. Diagonal sur, Plaza de Mayo cuando ya queda poca gente dando vueltas. Extraño enamorarme como cuando no había entendido que todo eso es mentira y que el amor con los pies en la tierra es otra cosa. Lo extraño como se debe extrañar una droga de las bien pesadas. Extraño creer en la bondad profunda de la gente. No me disgusta saber que somos todos bien humanos; esta conciencia de la dualidad que nos habita se siente correcta, necesaria, se siente como parte de La Verdad, poniéndole un nombre a algo que, bueh.. Pero no se siente bien. Todavía no.

Curiosamente, creo que hice las paces con mi propia naturaleza de malabuena, pero no las hice todavía con la de los demás. No es que no los quiera, no es que los crea malos, no es que los juzgue. Pero por algún motivo todavía me duele. Debe ser por eso esta excepción, este aceptarme algo primero a mí misma antes que a los demás. No es lo más común, y debe ser justamente porque esperaba magia de ustedes, y de mí me conformaba con no descubrirme hecha un absoluto desastre. O quizás, por cualquier otro lado, es así porque estuve bien egoísta últimamente, poniendo mucha más energía y cabeza en entenderme que en entenderlos a ustedes. Y no está mal. Van muchos años dedicados a ustedes. Me toca.

Me preocupaba un poco pensar que ya no tengo facilidad para amar. No me cuesta amar con sensatez a la gente que amé con locura, y hasta siento que los quiero mejor así. Vale más, vale doble. Te veo, y te veo en serio, y te quiero. Pero no entiendo cómo ahora puedo querer a nadie más. ¿Cómo hacés para llegar a querer a alguien cuando desde el minuto cero ya le ves las costuras, y ves de todas las cosas que los hacen aquellas que nunca te van a gustar? Y cuando la materialicé, la pregunta se contestó sola: con paciencia. Con tiempo. Por supuesto que les cuesta más llegar. No es cinismo, es por experiencia que se hace difícil que algo me deslumbre; hay muchas cosas, detrás de las primeras impresiones, que ya no son sorpresa. Y si lo pienso, compro; me gusta que una amistad no pase por un encantamiento que después hay que romper para llegar a un vínculo de verdad, me gusta ir derecho a lo verdadero y respeto que tarde. Me falta sincronizar la sensación en mi corazón con lo que mis neuronas entienden. Me da miedo la necesidad de tiempo. Tiempo es lo que no hay, lo que no nos damos. Me da miedo que la vida me limite a la gente con la que paso tiempo por las circunstancias. Pero las circunstancias uno las influye. Y eso es lo que hay que hacer. Uno elige, en suficiente medida puede elegir. Es un poco de eso y un poco de suerte.

4 comments:

Cachito said...

Es lo que le pasa a los sentimentales cuando crecen. Lo peor es que dentro de diez o quince años vas a extrañar lo que vivís ahora con la misma intensidad con que ahora extrañás el microcentro, lado sur.
De todos modos aprobaste con un "very good indeed"....y pensar que el bajoneo de tus últimos posts me hizo pensar que te la llevabas previa.

rayhmf:
rajemos antes y hagamos mil firuletes.

Carolain said...

Cómo previa, ¿lo qué? No, no, no; no, señor, que para algo terminé el secundario y después dejé la facultad. Nada de llevarse nada previo a ningún lado.

qngcpn
que no ganemos con pocas nanas

Carolain said...

Nos caemos de culo que contesté un comentario en menos de un milenio.

Cachito said...

Sí, totalmente, aunque en tu último comentario no jugaste a las letritas. Está bien que crezcas y madures pero tampoco te pases.....

adehocqg:
además de esas historias, oramos con quilomberos gandules

Post a Comment