Saturday, December 17, 2011

Ponele un título, que queda desprolijo

Ayer vi que me cuesta algo que antes no me costaba, que es sentarme junto a desconocidos o apenas conocidos en una fiesta y entretenerme escuchando. Creo que va de la mano con algo que me está molestando de unos años a esta parte, que es que en algún momento empecé a hablar demasiado y al pedo.

Lo que siempre me resultó natural fue callarme y escuchar, y ahora por alguna vuelta lo transformé en algo incómodo. No es que me haya dejado de interesar escuchar a los demás; quedarse callado escuchando siempre garpa. La gente siempre es interesante, sea para bien o a su pesar. Y cuando no, el que no es parte de la conversación siempre puede irse con sus neuronas a otro lado sin levantarse de la silla. Lo que me hizo sentir rara ayer, me parece, fue notar mucho que a los demás les parece raro.

Me jode que me haya ganado esa cultura sonsa de tener que estar hablando y haciendo, llamando la atención y participando visiblemente para ser normal. Aunque no nos guste y alguno se horrorice al escucharlo, me parece que esa cosa de que el adulto saludable es charleta, nunca está solo y jamás está lejos del centro en un grupo, salió de la misma bolsa de basura que lo que lleva a toda la gente que quiere cantar y bailar en culo en la tele en Soñando con Bailar por un Baile Soñado. Hambre de fama vacía, de éxito entendido de la forma más yuppie posible, extroversión egocéntrica, son todas manifestaciones grasulientas de la parte más instintiva de la basura aprendida no-instintiva que tenemos adentro. Y permítanme que aclare, porque no se entendió una mierda.


El hambre de fama vacía es bastante clara, ese hambre de la fama por la fama misma, de hacerse famoso por nada. La auténtica gracia de querer ser conocido es que lo conozcan por un logro, por algo que provoque orgullo. Fulano es conocido por llevar adelante la primera cirugía a corazón abierto de la historia. ¡Un groso! Mengano es conocido porque estuvo en el lugar adecuado en el momento adecuado para participar de una pelotudez en la tele. Ajá, ¿y? Creo que se ve la diferencia.

El exitismo atado a la versión yuppie del éxito no tiene que ver con el hambre de fama, y es un pecado más común de la gente que no mira a Tinelli.

La parte más instintiva de la basura aprendida no-instintiva, de instintiva no tiene nada. El instinto es bueno. Es inocente, es adorable. Incluso cuando el instinto es arrancarle la cabeza al enemigo que te amenaza, es algo puro. La frase que armé se apoya en el malentendido entre lo instintivo y lo no pensado, cosa que estoy inventando ahora porque no tengo ni puta idea de si existe semejante separación, pero creo que tendría que haberla. El instinto y la cultura son dos cosas bien distintas, y necesito separar aquellas conductas que se generan en el aprendizaje cultural sin el filtro del raciocinio, de las que surgen del instinto. Lo que surge del instinto, es casi sagrado (lo cual no quita que pueda estar horrendamente mal igual). Lo que surge de deformaciones culturales y no se filtra con la razón, en muchos casos es caca. De la vida social de hoy día surge que ser famoso es apetecible, que llenarse de guita es lo mejor que te puede pasar independientemente de los modos y los sacrificios, que el centro de la atención social es más que el resto. Creo que esas cosas están en mayor o en menor medida en la cabeza de todos. No voy a decir que no están en la mía, a mí en alguna parte de mi pseudoconciencia me encantaría cantar como un jilguero y estar más buena que dormir la siesta para mostrarme cantando y bailando en culo y tener fans. Pero esa parte es a la que me quiero referir, a la parte más baja, más chota de lo que no es instintivo y hemos aprendido de inventos pelotudos que nos vendemos entre nosotros. Es la misma parte que me dice que me encantaría almorzar y cenar chocortorta todos los días. Y gracias a dios, si bien tengo problemas para dejar de patearme el hígado cenando picada alemana con cerveza, en general no soy tan pelotuda, y puedo filtrar ese punto boludo donde se confunde el instinto con la mierda, y entiendo que no necesito vivir a chocotorta ni andar en culo en público.

Lo iba a llamar en un momento "infantil", pero lo infantil también es inocente y adorable. Los chicos todavía no tienen suficiente entendimiento como para procesar lo que absorben, eso es todo. Pero no son puro instinto tampoco. Son instinto, y cosas aprendidas sin procesar. Y no hay vergüenza en un chico que repite una conducta de mierda que ha aprendido, o que se aferra a algo frívolo como si fuera la meta de su vida, porque está aprendiendo. No digo que los adultos no puedan jugar con eso y que todo tenga que ser siempre filtrado, pero lo que realmente no creo es que abandonarse a esos impulsos sea dejarse ser. Eso me parece más bien dejar ser a la sociedad a través de uno, y no necesariamente a las partes más lindas de nuestra cultura. Yo no soy eso, no me considero eso. Puedo bajar la guardia y hacer gansadas porque es entretenido, y es necesario porque la cabeza se cansa. O tener un comportamiento egoísta, celoso, garca, que salga de ese lugar tan tonto, porque a veces uno no puede y se le escapa, nadie es perfecto. Pero si mi vida entera es así, si me dejo arrastrar por la corriente de las misconceptions de la humanidad toda, ¿qué vida estoy viviendo?

Sería ahora muy difícil convencerme de que eso es ser uno mismo. El "uno mismo" original quedó debajo de una capa de cosas incorporadas. Creo que el invasor racional que me dice que no cene chocotorta es mucho más yo que ese aparentemente más cercano al instinto que se quiere abrir un fotolog, ponele.

5 comments:

Tam said...

A mi me encanta escuchar, prefiero mucho más escuchar que hablar (los demás me parecen más interesantes).
Con respecto a ese instinto, estuve analizando junto a mi compañero de trabajo, un concepto al que no pudimos ponerle nombre, pero yo lo llamaría "vedetonguismo", ese mostrarse vacío de contenido y que el mundo lo festeje, visto por ejemplo en un supervisor de planta que se encama con sus supervisadas, y que otros piensen que está bien satisfacer sus necesidades sin mirar con quién...
Esto da para debate largo.

dsuipt: durante sus ultimos insultos penas trajo

Daniel said...

yo no entendí nada pero gracias por venir y reflexionar posteriormente :)

Cachito said...

Bueno, sí, se nota que te cuesta quedarte callada porque lo podrías haber explicado mucho mejor en diez renglones.
Además, se me ocurre que mostrarse en culo en la tele para que se babee la gilada surge más o menos del mismo lugar que mostrarse en cerebro en un blog para que, supongamos, un superstar del comentario se convierta en tu fan.
La parte de la chocotorta me dio hambre y con hambre me cuesta mucho comentar. Sorry, eh...

ssjafads:
si sabés jugar, altas fantasías alimentarán deseos sucios.

Carolain said...

Dani, lo pensé después del viernes, ¡en tu bienvenida eran casi todos conocidos! Good times.

Tam, Cachito, estoy muy estúpida como para contestar lo que pusieron uds.

Gon said...

Si la idea es tratar de mejorar, dejarse llevar es la derrota.

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