Monday, April 16, 2007

Biopsicología

Los estudios han revelado que el superpoder oculto de mi madre es conocer inconscientemente el momento exacto en el cual ya no es necesario seguir haciendo comentarios para sacar de quicio al prójimo. El último comentario que hace que amerita que se la use de blanco para práctica de tiro de floreros es siempre el que ¿rebasa? el vaso. Sería un superpoder interesante si ella fuera abogada y pudiera controlarlo. No es el caso, ni uno ni lo otro.

Una de las cosas más molestas es que siempre me deja meando afuera del tarro, porque cuando yo salto, ella ya dejó de tirar golpes bajos. Pero ya es incontrolable.. y es imposible explicarle por qué uno tiene ganas de matarla, porque al hierro hay que pegarle en caliente.. (y aún así, las veces que le he pegado en caliente, el hierro tampoco entiende por qué le pegan ni por qué sería interesante que cambie de forma). Es especialmente fantástico cuando con mucho esfuerzo transformo "ganas de ahorcarla" en "contestar con monosílabos", y con eso gano.. diez minutos de críticas, como mosquitos zumbantes, a mi antipatía injustificada. Por lo menos finalmente logré acostumbrarla a que cuando le digo "Ahora no", puede quedarse con la última palabra porque sabemos que de todos modos no podría controlarlo, pero that's as far as the conversation or monologue goes.

Un pequeño consuelo, o, más que consuelo, detalle que me salva de dudar de mi sanidad mental, es tener visto que la mayoría de las personas que estimo como suficientemente cuerdas sufre de los mismos arrebatos de ciclotimia que yo cuando se ve expuesta a mi madre cuando ella anda con las defensas bajas (si pensamos en la consciencia como un sistema inmunológico y en el resentimiento como un virus que no deja pasar una oportunidad de, a caballo del subconsciente de su huésped actual, atacar potenciales nuevos huéspedes).


Nada que media hora on my own no pueda solucionar. Pero me cago en dios, detesto malgastar media hora estando de mal humor.

2 comments:

Faco said...

Coincido, insoportable el reproche cuando la respuesta es "agradezcan que contesto de mala manera en lugar de tirarles una caja de tramontinas a la traquea", en especial cuando saltan con la cara y/o argumento de "¿Y yo que hice?". ¡Nada, pero estamos hablando cuando estoy enculado y eso es una clara alteración del orden universal!

Uno creería inocentemente que después de tantas veces de ocurrido uno luego no lo aplica hacia los demás, pero por lo menos en mi caso no es cierto.oyt

Mad Bunny said...

Changos, las madres tienen habilidades extrañas.

Justamente hoy tuve un episodio con mi señora madre. Siempre hace lo mismo, en algún momento por X o Y motivo discutimos y mi vieja se calla la boca y comienza con el minucioso ritual de ignorarme. Entonces yo cierro el pico y me alejo refunfuñando (no hay peor cosa que me puedan hacer que ignorarme. Podes decirme 'ahora no', mandarme a la mierda, darme la razón como a un loco o incluso tirarme con un cenicero... pero mirar la tele y no responderme me enerva).

Entonces claro, yo me voy a hacer mis cosas, me trago la rabia, me olvido (no fui hecho para el rencor) y al otro día, cuando estoy feliz de la vida, mi vieja saca el momento del refrigerador y me lo sirve con desprecio arriba de la mesa mientras repasa tendeciosamente la lista de acontencimientos (combinandola con una suerte de cosas que 'no tienen nada que ver'). Y claro, esta vez soy yo el que lo deja pasar porque no tiene ganas de discutir por alguna estupidez del otro día.

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