Wednesday, April 12, 2006

Gente como uno

Ayer estrené dentista, continuando mi búsqueda de un profesional de esa rama que reúna las condiciones "atender por mi obra social" y "hacer arreglos que sean arreglos y no una futura fuente de problemas". El consultorio queda cerca de Callao y Santa Fe, yendo para al lado de Las Heras, que es una zona con una cierta paquetez, pero no me imaginé que para tanto.

Llegué media hora tarde (demoré una hora en llegar desde Corrientes y Medrano hasta ahí, quiero agradecer a Metrovías y sus trabajadores por eso), despeinada, acalorada, malhumorada, cansada y otras -adas, ninguna positiva. El edificio era uno de esos horribles que alguna vez fueron modernos y ahora son simplemente fríos y viejos, pero eso sí, de 750 pisos y con ascensores que te hablan. Estuve un rato sentada sola en la sala de espera, hasta que empezó a caer gente y descubrí qué clase de pacientes frecuentan ese consultorio. Primero entró un caballero que tomó asiento y ante la pregunta de la asistente, dijo que su nombre era Alberto González Alzaga.

- Ah, sí -dice la chica mientras revisa papeles-, vos sos Alberto González.
- ...Alzaga.

Los dobles apellidos me matan de risa. Al rato empiezo a escuchar "sniff, snifff" cada treinta segundos, levanto la vista, y el señor del doble apellido no sólo tiene pinta de impresentable sino que no es capaz de sonarse la nariz. Estuve a punto de ofrecerle un carilina, pero recordé que había un baño, y si el tipo no se sonaba la nariz era por gusto, nomás. Aún así se lo hubiera ofrecido, no habría sido la primera vez que ofendía a alguien con un favor, pero por aquello de la extrema corrección que comenté antes pensé que no quería ofrecérselo con cara de "por el amor de dios, no seas asqueroso y sonate los mocos de una vez" y que el tipo me dijera que no era cuestión de pañuelo, si no que tiene un problemita de salud que lo hace hacer "snif, snifff" cada dos minutos o menos. Ya sé, ¿cuáles son las chances de que pase eso? Pero me acobardé.

Al ratito entra otro caballero en la sala de espera, que se sienta, celular en mano.
[léase con ridículo exceso de nasalidad]
- Holá.. Sí, cúmu istás. Nu sí cuándu vuy a lligar, yu istuy in il dintista, ¿visti? Piru ti llamu dispuís, ¿ok? Chau-chau.

Ya a esa altura estaba muerta de risa y se me había pasado el mal humor. Me preguntaba qué impresión estaría causando sentada entre gente tan fina, con mi remera de $10 y mi pantalón de $15, mis zapatillas recitaleras, tejiendo una bufanda mientras esperaba, y eso me hizo más gracia todavía.

Otra cosa que me llamó la atención es cómo jamás fui "Carolina" en ese consultorio, inmediatamente fui "Caro". Cuando llegué me preguntaron si me iba a atender con Juan o con Vale (algo así), y yo como cualquier cristiano sabía el apellido de la dentista, no el nombre. Y todos eran Loli, Pipi, Tuti, Popi, Matu, Tati. Pero nadie tenía sentido del humor. ¿Vieron cuando sienten que un exceso enmascara una carencia? Bueno, ahí eran todos muy cálidos para ser tan fríos.

Es parte de un istilu di vida que nunca voy a entender. Por lo menos la dentista parece ser buena.

3 comments:

Agustin.o said...

jajajaj ese tipo de gente me cae de mal.. En la famila de mi viejo son algo asi.. me parece q por eso (ademas de razones mas importantes) no nos llevamos.
Asiq vivis por Almagro?? Yo casi toda mi infancia/adolescencia vivi ahi, siempre por la zona de Rivadavia y Medrano.
Ah, buenisimo lo del link de "failure". Es tal cual..

Maurus said...

Si... cada sala de espera es un universo a ser analizado...
Me hicieron cagar de la risa tus descripciones!!! Excelentes!!
Eso es lo bueno de ser una persona observadora (además... vamos a ser claros... SOS UN PERSONAJE DE AQUELLOS!!!) que te divertis en lugares generalmente aburridisimos!!

Almagro: Mi abuela vivia en Virrey Liniers y Rivadavia... y yo iba al San Francisco de Sales hasta que me echaron a la mierda... asi que tambien tengo algo de historia en Almagro!!

Anonymous said...

Rica si era un Alzaga fundaron este pais por poco, si sniffea dale tu carilina sin dudarlo. No hay que ser tan moncha en la vida quien te dice por ahi te casas con uno y adquiris un poco de altura como tanta chinita que paso de Almagro al norte, no?

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