Monday, May 20, 2013

Servicio a la comunidad

Hablo con soltura porque no tengo ninguna de estas cosas, y por algún motivo eso hace que me dé menos vergüenza. Sí salí hace mil años con un flaco que parecía que se estaba poniendo un sex shop en el placard, así que por lo menos tengo una idea básica, como para hablar.

Un vibrador es más rápido, no se cansa, y una chica puede manejarlo a sabiendas de cuál es el punto que quiere, sin tener que decirle nada para intentar transmitirle lo intransmitible.

Una poronga artificial hoy día se puede elegir de entre una variedad de tamaños, formas, materiales y colores amplia, y una chica puede manejarla a sabiendas de cuál es la velocidad y profundidad que busca, sin tener que ponerse a dar instrucciones anticlimáticas.

No tienen manera de ganar en esas cosas puntuales. Es absolutamente necesario y está muy bien que quieran mejorar su técnica con la lengua, y que presten atención a si ella los empuja para que vayan más rápido, o si los ataja para que vayan más despacio al ponerla, y que se preocupen en general por lo que pueden hacer entre medio de sus piernas. Pero en lo que ningún aparato les gana, donde hacen la diferencia y ganan por leguas..

..un vibrador no tiene manos. Una poronga de plástico no tiene la tibieza y la suavidad de la piel humana. Una cosa no le puede decir que es linda, o sexy. Una cosa no puede acariciarle el pelo, ni mirarla a los ojos, ni demostrarle deseo que desborda. Una cosa no puede besarla, ni morderla. Una cosa no puede abrazarla; ella no puede generar una conexión emocional (al menos una interesante) con una cosa. Una cosa no puede susurrarle algo al oído. Una cosa no puede pegarle unas nalgadas. Una cosa no puede proponerle que se dé vuelta, que se trepe, que se baje. Una cosa no puede disfrutarla y comunicarle ese disfrute.

Y sin embargo ahí sigue la grosera mayoría preocupándose en primer lugar por su pito y por qué se puede hacer con una concha. Abran la mente al resto del mapa.

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